Fuente: www.stoletie.ru
Ya van 11 muertos en Salisbury.
Curiosamente, el atentado contra el señor Skripal no es el caso único de misteriosos ataques y enigmáticas muertes, ocurridos en esta ciudad británica. Fue allí donde había muerto, en circunstancias nunca esclarecidas, Vladímir Pásechnik, otro desertor ruso, el antiguo director del Instituto de Substancias Biológicas de Alta Pureza, quien gozaba de mucho más reconocimiento, rango de general mayor y acceso directo a las investigaciones biológicas secretas. Allí mismo, por causas igualmente inexplicables, murieron once científicos y especialistas británicos quienes de una u otra manera tenían relación con las armas bacteriológicas.
Al igual que Skripal, Pásechnik también vivía en Salisbury. ¿Por qué? ¿Por qué no en el acogedor Londres, el refugio habitual de los desertores y traidores de Rusia? Lo más probable es porque en el vecindario, en el territorio de “Porton Down”, se encuentra el laboratorio para investigaciones de defensa científicas y tecnológicas (DSTL). Las muestras de la sustancia con que fueron envenenados Skripal y su hija fueron enviadas para el análisis justamente a los expertos del DSTL.
El complejo ultrasecreto “Porton Down”, ubicado en el pueblito de Porton, fue creado en los años de la Primera Guerra Mundial. En él trabajaron los fisiólogos, patólogos y meteorólogos de las mejores universidades británicas. Al principio, experimentaron con animales. Pero en 1917 apareció un laboratorio especial para experimentos con humanos, porque los efectos de los químicos en los órganos y tejidos humanos no siempre pueden predecirse a partir de experimentos con animales. Durante la existencia del complejo, más de 20 mil personas participaron en miles de pruebas de los efectos de gases tóxicos, agentes de la peste y el ántrax, así como de los estupefacientes. Es allí donde se encuentra uno de los almacenes con reservas de gases neurotóxicos más grandes en Europa Occidental. Fue en “Porton Down”, a mediados de la década de 1950, donde se realizaron las pruebas con el gas VX. Pertenecía la misma clase de agentes de guerra organofosforados que el “Novichok”, declarado como la causa del envenenamiento de Skripal.
Además, este gas era el “progenitor” de toda una clase de sustancias venenosas, familia a la cual también pertenecía el “Novichok”. El gas VX fue posteriormente transferido por los británicos a Estados Unidos que lo puso en servicio como armamento. Por cierto, con él fue envenenado en un aeropuerto el año pasado Kim Jong-nam, el hermano del líder norcoreano Kim Jong-un.
Según los medios de comunicación europeos, los especialistas de “Porton Down” más de una vez resultaron involucrados en experimentos, incluso sobre la población civil que vivía en los alrededores. La gran mayoría de los voluntarios (y en los años 50 y 60 había alrededor de 16,000) no sabían nada sobre Porton Down. Muchos creían que se hacían pruebas de una vacuna contra la gripe. Como contaba el diario español El País, el mecánico de aviones Ronald Maddison, de 20 años de edad, aceptó participar en el experimento para ver a su novia que vivía cerca de Porton. A Maddison y a otros les dijeron que se estudiarían los efectos de los químicos en la ropa, y que solo podrían experimentar un “leve malestar”, y no había nada de qué preocuparse. El 6 de mayo de 1953 Maddison y otros cinco voluntarios, que llevaban máscaras antigás, ingresaron a la cámara de pruebas. No sabían que estarían expuestos a 200 mg de sarín puro. Al cabo de 20 minutos, Maddison cayó al piso. Fue llevado al hospital del complejo, y el mismo día falleció. “Mediante manipulaciones por parte de los departamentos militares de alto nivel del Ministerio de Defensa, se les aseguró a sus familiares y amigos de que había muerto de una neumonía aguda cuyo curso se había complicado en el curso del experimento”, decía el artículo.
De 1946 a 1976, los científicos del “Porton Down” realizaron hasta 750 pruebas en el espacio abierto. Se realizaron cinco experimentos en el mar, con el uso de agentes causantes de ántrax o peste bubónica. En 1964, en los ejercicios en los alrededores de Porton, 16 comandos británicos de la Armada comenzaron a comportarse de manera extraña, narraba El País. “Algunas personas salían a campo abierto, se exponían al fuego enemigo; otros alimentaban pájaros imaginarios y otros tantos corrían por las colinas o trepaban a los árboles, jugando a los monos”, decía el periodista Miguel Ángel Criado. Un informe secreto concluyó que los marines “no estaban habilitados para cumplir ninguna orden”. Ni el comandante ni los soldados sospechaban que habían recibido previamente una dosis de LSD. Este fue solo uno de los miles de experimentos en personas que los ejércitos británico y estadounidense llevaron a cabo en el desarrollo de armas químicas y bacteriológicas.
Una cadena de muertes
Oficialmente, Gran Bretaña desistió del desarrollo del gas nervioso ya en 1989. Pero en la década de 1990 y 2000, cerca de Salisbury y otros lugares, se produjo una serie de muertes misteriosas entre científicos que tenían una relación directa con las investigaciones de defensa.
En 2003, en circunstancias poco claras, falleció el Dr. David Kelly, funcionario de la base de investigación militar. Su cuerpo fue encontrado en un bosque cerca de Porton. Dos años antes de la muerte de David Kelly, en California, se pegó un tiro el científico estadounidense Larry Ford, que había colaborado con él. El sucesor del Dr. Kelly, Paul Norman, se estrelló en 2004 en un avión privado. En total, por diversas razones, como ya se mencionó, perecieron 11 empleados de “Porton Down”.
Hubo también otras víctimas. El famoso astrobiólogo David Winn-Williams, un funcionario de la Sociedad Británica del Antártico, quien estudiaba la vida de los microbios en el espacio, fue atropellado por un automóvil durante el trote matutino. Al día siguiente murió Stephen Mostov, apodado Dr. Gripp por sus logros en el tratamiento de esta enfermedad. Su avión personal se estrelló en Denver. Los periodistas del periódico canadiense Glob and Mail rastrearon esta trágica coincidencia. Dos expertos en microbiología más murieron de forma fulminante. El Dr. Patrick Kiely, un experto en encefalopatía bovina, y el Dr. Robert Shope, un experto que advirtió acerca de la epidemia de este mal, el “de las vacas locas”, en Estados Unidos, murieron de repente en 2002. El número de expertos microbiólogos, perecidos y muertos “súbitamente”, ya llegó a 50 a partir del 11 de septiembre de 2001.
Entre ellos se encontraba el mencionado general mayor Vladímir Pásechnik, un científico microbiólogo y funcionario del Ministerio de Defensa. Pásechnik huyó al Reino Unido en 1989. Fue él quien informó a Londres sobre los desarrollos secretos de las armas bacteriológicas en la URSS. El Dr. Kelly estuvo presente en sus interrogatorios; de hecho, él fue quien había informado al servicio de inteligencia británico MI6 sobre las investigaciones de Pásechnik, después de lo cual este fue reclutado.
La inteligencia británica estableció a Pásechnik y Skripal en Salisbury. Una coincidencia interesante, ¿no? Kelly a menudo visitaba a Pasechnik y lo llevaba al “Porton Down”, adonde está tajantemente prohibida la entrada a todos los que no hayan firmado los documentos pertinentes sobre la observancia del secreto. El 21 de noviembre de 2001 Vladímir Pásechnik fue encontrado muerto en su propia casa.
La causa oficial de la muerte era un accidente cerebrovascular. Sin embargo, su hijo Nikita dijo que, en realidad, su padre podría haber sido asesinado. Pero Gran Bretaña no levantó ningún escándalo en ese momento, aunque Pásechnik era una figura mucho más significativa que Skripal, y no es difícil adivinar por qué: Rusia seguía obedientemente todas las instrucciones de Occidente.
Pero ¿dónde está Skripal?
El escándalo en torno a Skripal, con acusaciones ridículas contra Rusia, hoy en día fue sobredimensionado a escala universal. No obstante, en este alboroto y griterío no solo olvidaron a las otras extrañas víctimas del mortal Salisbury, sino también del “héroe” mismo del escándalo. ¿Dónde estará ahora ese tal Skripal? Dicen que en el hospital con su hija, como que en coma. Pero el corresponsal del canal de televisión Rusia visitó el hospital en Salisbury, donde se supone que está con su hija el ex coronel de la GRU, y se sorprendió al descubrir que no había vigilancia alguna cerca del hospital y ni siquiera dentro de él. Extraño... ¿Por qué? En el banco en Salisbury Park, donde fueron encontrados, aún están de pie los guardias, y en el hospital, por alguna razón, no.
Por cierto, durante la misma extraña y misteriosa historia en Londres con el envenenamiento con polonio de Litvinenko, en los medios de comunicación fueron inmediatamente publicadas sus fotos, tomadas mientras estaba postrado en una cama de hospital. Para mostrárselas a todos: aquí, está el pobre, muriendo. Entonces, ¿por qué ahora en la historia con Skripal no hay una sola foto del traidor envenenado? Ni en el banco del parque, ni en la cama de hospital. Surge una pregunta natural: ¿dónde está este desdichado Skripal?
La sospecha se ve agravada por el hecho de que los diplomáticos rusos que llegaron a Salisbury no pueden ver a la hija de Skripal, una ciudadana rusa. Como declaró Alexander Yakovenko, el embajador ruso en Gran Bretaña, no hay ninguna foto o información sobre el estado de los ciudadanos afectados. “¿Estarán vivos? ¿Tal vez, sanos? Nadie habló con los médicos”, dijo.
El diplomático ha señalado que en este caso no hay transparencia, lo cual causa preocupación, y ha hecho hincapié en que Gran Bretaña, que niega el acceso del cónsul hacia la ciudadana rusa Yulia Skripal, viola el derecho internacional. “Su comportamiento [de las autoridades británicas] plantea muchos interrogantes”, manifestó Yakovenko en una entrevista con Russia Today.
¿Gas en la maleta?
Es extraño, ¿verdad? Sorprendieron a los especialistas las fotos de expertos en trajes protectores especiales, similares a los de astronautas, que operan alrededor del banco sobre el cual encontraron a Skripal y a hija. ¡Dizque, mortalmente peligroso! ¡Vean lo que han hecho estos sinvergüenzas rusos! ¡Ataque con gas nervioso en el centro de una pacífica ciudad británica! ¡Espantoso! Pero allí mismo, en la foto, junto a los “astronautas” en los pesados trajes, tranquilamente se pasea un policía británico, de jarras y sin máscara antigás. Entonces, ¿no es tan peligroso? Y los trajes de protección: ¿no es simplemente una mascarada para el crédulo público?
Otro detalle absurdo. El periódico inglés Daily Telegraph, refiriéndose a ciertas fuentes de alta fidelidad, informó que la investigación, supuestamente, llegó a la conclusión de que el gas nervioso fue traído de Rusia por la hija de Skripal en una maleta. Estaban impregnados con él su ropa o artículos cosméticos.
Pero los expertos objetan que en este caso la hija de Skripal habría recibido de inmediato
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