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Traductores, traducciones


Cómo traducir libros, cuenta Víctor Gólyshev

Víctor Gólyshev, traductor galardonado con muchos premios, entre ellos el prestigioso “Master”; profesor del Instituto de Literatura Maxim Gorki, director del seminario de traductores de inglés, reconocido y homenajeado por sus traducciones de las obras de Iósif Brodsky, James Joyce, Vladimir Nabokov, George Orwell, Jerome D. Salinger, Thornton Wilder, William Faulkner y otros escritores.

Aquí reseñamos la entrevista que le hizo la periodista Elena Kaláshnikova durante una de las ferias del libro más importantes del año que concluyó hace un tiempo en Moscú.

¿Cómo entender la tonalidad de una obra literaria?

La única forma de descubrir cómo se debe y cómo no se debe traducir es haciendo la traducción, a medida que se vaya adelantando el trabajo que se compone de cosas pequeñas, de unas migajas. No hay principio alguno, pues cada vez se plantea una tarea diferente. La traducción ha de ser precisa y libre a la vez, y hablando en serio, antes de comenzar a traducir, tienes que leer la obra original hasta el final, ante todo para captar la tonalidad de su estilo: cuán dramático o irónico es. Las primeras páginas no la dan a entender: es la etapa de continuo tormento en la búsqueda de un tono correcto. Antes de que aciertes con él, las primeras páginas suelen ser las más difíciles.

Sobre Faulkner y Hemingway

Recuerdo una vez que quería evitar gerundios en la traducción, y es un cambio de estilo el cual dispone, más bien, el texto original y no tu deseo. No te propones hacer tal cosa cuando traduces a Faulkner, ¡ojalá logres desenredar las frases largas que encuentras en él! Leí El sonido y la furia en inglés. De las primeras diez páginas no entendí nada, igual de las siguientes diez. Volví a leer el principio varias veces hasta que llegué al quid del asunto: los tiempos se confunden allí, porque Benji sufre de retardo mental. Faulkner quería estamparlo en diferentes colores, porque sabía que sería difícil de entender.

Se cree que Hemingway se expresaba con oraciones simples, nada más un sujeto y un predicado: “Iré a la guerra”, “No irás a la guerra”. De hecho, tiene frases largas y bastante torpes, y muy incómodas, por cierto, para la traducción, y que tienen mucho humor: no es que sean torpes, sino incompletas, no del todo plenas o manifiestas.

Sobre la importancia de imaginar la escena

En la traducción de ficción, es aconsejable introducirse de alguna manera en este mundo, ver la escena y participar en el diálogo. Solo el hecho de estar dentro del libro te puede dar libertad, pero esto no es necesario al traducir no ficción: solo debes pensar en el contenido de lo que se dice y asegurarte de expresarlo de forma comprensible en ruso. En cambio la ficción te obliga a tomar parte en lo que sucede en el libro. No importa cómo te imaginas la escena, ya que describirás la imagen, no las palabras. No importa cómo hablaban los personajes en la cabeza del autor, lo importante es cómo suenan sus voces en tu cabeza, en la del traductor, entonces tendrás libertad.

Acerca de la tecnología

No puedes saber todas las palabras, ni siquiera en tu idioma nativo. Lo más importante es que la frase traducida esté bien organizada en ruso y sea parecida al original, que no se pierdan algunos detalles y matices. No son sino pormenores, pero componen un todo. Por ejemplo, es importante que los adjetivos no rimen. No suena bien una frase rimada cuando no debe serlo. Otra cosa si el autor lo hace a propósito, en son de broma. La traducción no se le mide a una labor titánica tipo: “Quería expresar eso o aquello con esta imagen”, no es el punto. La traducción tiene su tecnología, ni siquiera técnica, sino tecnología tomada como un modo de producción, no solo como un conjunto de recursos. A menudo se confunden estos conceptos, por cierto.

Sobre el orden de las palabras y la nube de significados

En la frase rusa, se acentúa la primera o la última palabra y lo que se encuentra entre ellas se queda a la sombra, y en inglés el orden de las palabras es fijo (a menos que el autor transmita deliberadamente un acento extranjero): sujeto, predicado, complemento directo... Si escribimos así en ruso, el texto será monótono y aburridor. Por el contrario, reorganizando la frase, resaltamos el significado y la frase se vuelve dinámica. También se debe tener en cuenta que alrededor de las palabras en inglés y en ruso hay diferentes nubes de significados. Se sobreponen parcialmente, pero no coinciden en su totalidad. Las “nubes” comprenden el contexto en que se usó una u otra palabra, qué asociaciones despierta... Si en el texto aparece bunk, podrá ser “cama, litera o catre”, depende del contexto.

Sobre traducciones y clip culture (cultura de masas)

Las traducciones se vuelven obsoletas, porque cambia la realidad. Ahora la gente usa información en pequeños pedazos: “¡Hola, hola! Está bien, vamos”, no como antes: “Excelentísimo señor, quiero informarle...”, y así por el estilo. La conciencia se somete a una serie de imágenes estereotipadas, y si una persona formada en el ambiente clásico se pone a traducir literatura moderna, deberá tomar en cuenta que las personas no tienen mucho tiempo para leer, por lo tanto las frases deben ser más cortas.

Sobre traducciones de obras traducidas anteriormente

Si te pones a traducir lo que ya se ha traducido, asumes la idea de que lo traducirás mejor. Es un criterio muy relativo, y no se debe pensar que traducirás mejor que otro: esto hace que el proceso sea muy difícil. La traducción no es el deporte en el que está claro quién corrió cien metros más rápido. Traduces como puedes, pero la tarea es traducir mejor que otros. Por eso es mejor no traducir lo que ya está traducido.

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