Alexandr Petrov es un pintor y animador ruso, cuyo estilo es “pintura viva o en movimiento”. Seguramente, algunos ya conocen sus obras. Aun así, a pesar de una gran cantidad de premios y condecoraciones, Alexandr Petrov hasta ahora no se ha ganado el reconocimiento entre los espectadores como uno de los artistas más destacados de este género. Por lo tanto, queremos presentarles sus dibujos animados, excepcionalmente hermosos por su forma y contenido, cada uno de los cuales sin duda alguna puede considerarse una verdadera obra de arte.
La técnica, en la que plasma sus creaciones Petrov, podría llamarse “pintura viva”, que es su propia característica como artista: hace sus dibujos animados con los dedos en vidrio orgánico. Utiliza el pincel sólo en algunas ocasiones. Para un segundo de la película animada se debe dibujar de 12 a 20 imágenes. Para un minuto de la película, más de un millar de cuadros.
El mismo Alexandr Petrov ha dicho de su animación: "Todas mis películas cabrían en una proyección de una hora y media. Pero este tiempo es toda mi vida".
Cada uno de sus dibujos animados es un intento de fusionar la pintura y la cinematografía. Las películas de Alexandr Petrov son asombrosamente sutiles y líricas, están impregnadas de poesía y tristeza, causan una profunda impresión por su extraordinaria belleza. Además, son psicológicamente ricas y convincentes, y -como son cortas- logran revelar la imagen del personaje en pocos minutos. Quizás porque el maestro, antes de iniciar el "rodaje", se sumerge completamente en la historia que servirá de argumento para su futura obra. Así, por ejemplo, para conocer el estado de ánimo de Hemingway y sentir la atmósfera del relato "El viejo y el mar", el animador viajó a Cuba.
A continuación, el artista presenta y representa la historia en las ilustraciones. "No veo completa una película hasta que no la componga de todos los bosquejos, episodios y fragmentos". Se piensa un guion, se hace hincapié en las etapas principales del rodaje, y sólo después el bosquejo se vierte en óleo. No siempre todo esto se mantendrá en la pantalla. "A veces la mano se mueve más rápido de lo que piensa la cabeza", y a veces nacen ideas completamente nuevas en el proceso de dibujo. Porque Alexandr Petrov lleva a veces años viviendo de la creación de una película.
La pintura en movimiento de Alexandr Petrov son parábolas con intríngulis filosófico, un intento de sentir al ser humano en este mundo, de entender el sentido de la existencia. Sus dibujos animados se cuelan en lo más hondo, hasta el fondo del alma; se acercan a los sueños, son vacilantes, un poco difusos y borrosos. Pues, a través de un sueño es más fácil descubrir el subconsciente.
El artista animador se compenetra con la imagen de cada personaje, y compartimos sus sufrimientos, nos enamoramos y sentimos nostalgia junto con él. Y al final de la película nos olvidamos de que es de dibujos animados, porque vemos a los personajes vivos que ni siquiera actúan -viven. Por cierto, la animación (animation) puede entenderse como “dotar de ánima, alma”. Por lo tanto, Alexandr Petrov es más animador que dibujante y pintor -ama a sus personajes, convive con ellos año tras año y con movimientos de su mano traza las vicisitudes de su destino.
«La vaca» (1989)
"La vaca" es la primera obra seria de Alexandr Petrov y su trabajo de grado que coronó sus estudios de dirección de cine. Se inspiró en la obra literaria homónima de Andréi Platónov, basada en las memorias del niño Vasia sobre su amigo, una vaca, que entregó todo de sí misma a la gente. Al noble animal le habían quitado a su crío, un ternero, y lo echaba mucho de menos. Esta película conmueve por su ternura y el espíritu de sacrificio; Alexandr Petrov debutó en ella como director de cine, guionista y experimentador de la técnica de "pintura en movimiento".
"La vaca" es una película sobre el destino de un animal, visto a través de los ojos de un niño que por primera vez sintió la proximidad de la muerte de un ser querido, casi un miembro de la familia. El dolor de la madre –la vaca- es tan fuerte que no puede seguir viviendo. El niño le demuestra su amor, abrazándola y mirándole a los ojos, sin poder ayudarla. La vaca se va a morir...
Alexandr Petrov supo comunicar con absoluta veracidad el tormento y el dolor del chico, haciendo hincapié en la idea de Platonov: la conciencia infantil es pura, compasiva y llena de amor. El artista escogió a su propio hijo como prototipo del personaje, hizo un gran número de dibujos a lápiz, bocetos, y sólo entonces comenzó a crear una imagen, animarla…
La película ganó varios premios en festivales internacionales de animación, y fue una de las nominadas al Oscar.
«El sueño de un hombre ridículo» (1992)
(con subtítulos en español)
Es una formidable adaptación del relato homónimo escrito por Fiódor Dostoyevski. A través del lenguaje de artes visuales, Petrov revivió una historia que no es nada fácil de materializar, tanto en el cine como en el teatro.
Esta película, igual que la obra original, puede parecer un poco temible, por lo que es mística e inusual, un sueño extraño, pero al artista le gusta trasladarse al mundo de los sueños –gracias a ellos, la realidad y la ficción juntas representan una sorprendente amalgama entre ellas dos, con un toque mágico muy peculiar.
Un hombre, que se encuentra al borde de la vida y la muerte, tiene un sueño revelador: se traslada a otro planeta Tierra, donde todas las personas están enamoradas unas de otras. Este mundo no se ha contaminado por el mal ni el pecado. Pero el protagonista les trae corrupción; él puede observar cómo un amor sincero de cada individuo hacia todos los demás se transforma en un amor ególatra hacia sí mismo. Al despertar toma conciencia de sus actos y se propone cambiar.
Alexandr Petrov dice que siempre le ha dado un gran placer la obra de Dostoyevski -la alegría y el tormento. Cada acercamiento al clásico es un verdadero descubrimiento, es un intento de entender las cosas que no son del todo claras. Alexandr Petrov admite que gracias al trabajo en esta película, se dio cuenta con mayor claridad de que debemos, ante todo, ser intolerables con nosotros mismos, mas no con los demás.
El artista aporta en cada trabajo suyo los recuerdos de su infancia, sus ideas y emociones. Raras veces las películas son buenos ejemplos de adaptaciones de obras literarias; no es el caso de los dibujos animados de Aleksandr Petrov. Cada uno de ellos es un acierto perfecto.
En esta película, también se unieron las dos almas –la del artista y la del escritor. Así es como aumenta el impacto en los espectadores. Y la voz de Kaidanovsky refuerza el efecto... Desde el principio el director se dio cuenta de que el protagonista tenía que hablar por boca de Kaidanovsky. Estuvo asediando con sus llamadas al actor durante dos años, y cada vez que le ofrecía este papel, recibía la respuesta negativa -después de todo, ya no era actor en ese momento, sino director de sus propias películas. Finalmente, Alexandr Petrov se atrevió a dar un paso desesperado. Al llegar a Moscú, fue a la casa de Kaidanovsky quien abrió la puerta, sin saber siquiera quién era, y no sólo se sorprendió, sino se indignó con la visita inesperada. Tajantemente, se negó a aceptar la oferta, pero el director sacó el casete -todo ya estaba listo, se estaba grabando la banda sonora- y le pidió ver el material. Kaidanovsky vio la película en silencio y sólo preguntó: "¿Cuándo?". Petrov le respondió: "Mañana". Así es como se encontraron dos grandes maestros.
«La sirena» (1996)
Esta película es una de las más queridas de Alexandr Petrov. Hasta ahora el artista sueña con estar terminándola, dando un toque final a los últimos dos minutos. En menos de diez minutos Petrov contó toda una historia cuyo tema central es la redención del pecado. El mismo autor inventó la trama: el joven novicio se siente hechizado por la sirena, quien, sin embargo, tiene cuentas pendientes con el monje abad anciano.
Es una hermosa película, triste y trágica a la vez; un cuento de hadas acerca de una bella sirena, monje viejo y novicio joven; una historia sobre la tentación y el perdón, el bien y el mal. La película nos cuenta una parábola, un drama. Petrov tardó mucho en encontrar la manera de terminar esta historia, "que tenga verdad, precisión y lógica”, y encontró el final después de visitar un monasterio y sostener conversaciones con el padre Moisés.
"El viejo y el mar"
Es la película animada más famosa de Alexandr Petrov, la adaptación de la novela homónima de Ernest Hemingway.
Un viejo pescador se hace a la mar, le urge una buena pesca –ya lleva varias semanas, sin atrapar nada. Y de repente, tiene suerte –coge un pez grande, y el anciano entra en una batalla desigual con él; sabe que tiene que ganar. Tiene que demostrar a sí mismo que todavía vale algo. En la imagen del anciano A. Petrov plasmó a su suegro quien, para entender mejor al personaje, volvió a leer la obra de Hemingway, mientras que el hijo del artista le tomó a su abuelo miles de fotos en distintas poses.
Muy hermosa e impactante, la película ganó el Oscar 2000 en la categoría del "mejor corto de animación" y una gran cantidad de premios y condecoraciones. Aquellos que la hayan visto en pantalla grande (y esta fue la primera película de "pintura en movimiento" creada para ser presentada en salas de cine) cuentan que les causó una impresión extraordinaria. El mar respiraba, parecía estar vivo. Fluía y refulgía, estaba todo lleno de movimiento, personificando el mundo versátil, el milagro del universo...
Aleksandr Petrov había hecho un montón de fotos de su abuelo en diferentes poses para penetrar mejor en la imagen del protagonista.
Se comunica con tanta expresividad la confrontación del ser humano y la naturaleza que los espectadores salían de la función profundamente emocionados.
La película causó una gran sensación en todo el mundo. Los mejores estudios ofrecían al artista equipos y dinero, pero Alexandr Petrov se quedó en Yaroslavl. "El artista no está en venta, de lo contrario se extinguirá", fueron las palabras de nuestro animador, ganador de un Oscar.
Por cierto, Alexandr Petrov dio su primer master-class en Los Ángeles, a los artistas del estudio "Disney". Todos quedaron asombrados: los animadores americanos, por la tecnología que desconocían, y el animador ruso, por haber sorprendido a los maestros en dibujos animados.
«Mi amor» (2006)
La película "Mi amor" salió a la pantalla en 2006. Es una adaptación de la novela de Ivan Shmelev titulada "Historia de un amor", cuyo argumento se desarrolla en Moscú en el siglo XIX. Trata los temas como la mocedad y juventud, el primer amor, sincero y conmovedor, el éxtasis del enamoramiento adolescente....
El protagonista, Antón, es un colegial de dieciséis años. Vive la primera primavera del amor que le llega o bien en la apariencia de la pobre mucama y huérfana Pasha, "la diosa del trapero", o bien en la de la misteriosa vecina Serafina. El joven apasionado idealiza el amor hacia una mujer, se lanza de cabeza al torbellino de sus fantasías impetuosas, pero el destino le depara la primera decepción, el primer trauma y el primer sacrificio.
Como siempre, Petrov prefiere retratar a personas reales, tomándolos como prototipos de sus personajes. En este caso modelaron para el artista el hijo del productor y la actriz Tatiana Drubich.
El artista dijo una vez que se enamoró del lenguaje de Shmelev. Es la más larga de sus películas, y su rodaje duró tres años. En ella recurrió al diseño por computador, lo cual le permitió controlar todo el proceso de su creación. Sin embargo, el equipo informático no se usó como una herramienta creativa, sino como un recurso técnico auxiliar que redujo considerablemente el riesgo de perder la calidad de la pintura en movimiento. Por otro lado, fue el primer trabajo hecho en equipo.
Los movimientos de los personajes se ven tan naturales y orgánicos... hasta se le olvida al espectador que están dibujados. Durante un año el animador estuvo buscando el prototipo del chico, deambulando por las estaciones de tren y asustando a todos alrededor por sus miradas inquisitivas. Y de repente vio al hijo de su amigo productor, quien vivía su primera experiencia en el amor, y se dio cuenta –allí estaba su protagonista.
Y otra vez vemos una parábola –acerca de la lucha interna, perplejidad del alma pura, sus vacilaciones ante un elemento oscuro y desconocido, como dice el propio autor, "la responsabilidad del hombre ante el amor mismo". Resultó una película romántica y profundamente tierna. Esta película se mereció catorce prestigiosos premios y también fue nominada al Óscar.
La película encontró una amplia resonancia, y la grata sorpresa para el autor fue que los puros e ingenuos sentimientos de los personajes del siglo XIX pudieran llegar a los jóvenes de hoy, pudieran tocar sus corazones; él sólo quería entregarse a su creación por el deleite que le había proporcionado la lectura de la obra literaria original, y para él fue una enorme satisfacción el que los jóvenes de hoy entiendan cuánta falta hacen las auténticas emociones en el mundo moderno.
Por cierto, el animador siempre hace hincapié en que sus películas son para niños de 14 años y mayores. Y el objeto mismo de sus dibujos animados difícilmente podría ser entendido por los menores de esta edad. Sus películas van dirigidas a las personas familiarizadas con la literatura, a los buenos lectores y gente pensante, a los que conozcan la "cultura eclesiástica". Aspira a que sus películas evoquen la compasión, por eso aborda el tema de la misericordia, el arrepentimiento y la fe. "Mis películas son trágicas, pero aun así, siempre dejan una ventana luminosa y abierta". Sus películas son un aporte a la eternidad.
Las personas que conocen a Aleksandr Petrov han recalcado la asombrosa luz y la increíble energía que él emite a su alrededor. Y es como para creerles, porque en todas sus películas se percibe su alma; cada una de ellas lleva la impronta de su personalidad. Cuando le preguntan sobre sus planes para el futuro, responde: “No soy una persona racional. Camino en la niebla y, a veces, tropiezo con unas señales. Por lo tanto, no sé en qué trabajaré más adelante”.
Después de cada película Alexander Petrov debe recuperarse emocional y físicamente. El proceso creativo lo deja completamente devastado, por eso necesita un tiempo para recuperar las fuerzas y entregarse sin reservas de nuevo.
http://alimero.ru/
«Una vez más» (2010)
Esta mega creación positiva es el trabajo de grado de sus jóvenes discípulos animadores, egresados del estudio "Taller de Aleksandr Petrov". En este caso el mismo Maestro se desempeñó como director artístico, y ya tiene herederos y seguidores.
Al compás del foxtrot "Rio Rita" un niño pedalea a toda en su triciclo por las calles del Yaroslavl del año 1930. Es un día de la infancia que cualquier persona mayor quiere recordar una y otra vez, de modo ¡véanla y disfruten!
Más información :
Ожившая живопись:http://nasati.ru/ozhivshaya-zhivopis.html
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